Sus primeros contactos con la música electrónica fueron gracias a su rebeldía. En un Meet & Beat exclusivo con Córdoba Beat, Michael cuenta que, en realidad, siempre estuvo rodeado por música. Su padre era músico de rock y blues, por lo que el joven Michael siempre estaba en giras, conciertos y festivales.
La influencia musical estaba clara pero, como adolescente, cuenta Michael, lo único que uno quiere es rebelarse. Y un poco de razón tiene. Impulsado por ese fuego adolescente, la forma de transgredir que encontró fue dedicarse a la música, pero no la tradicional, sino la hecha por computadoras.
“La forma de revelarme como adolescente era hacer música electrónica. Entonces fue como “¡fuck you, voy a hacer música electrónica!” y así fue como empezó”. Lo que también marca una cualidad característica de Michael: es un tipo con un gran sentido del humor.
A la edad de 14 años llegarían las primeras bandejas Numark y la obsesión empezaría. Al poco tiempo tendría los primeros encuentros con el software de producción Fruity Loops, donde aprendió a mezclar sonidos y samplear. A partir de este punto podría decirse que arrancaría una exitosa carrera.